Caroline Polachek y Aaron Pfenning saltaron a la palestra con el anuncio de un ipod nano. La fama tocaba a sus puertas. Sin embargo, el álbum “Does You Inspire You” apenas tuvo el impacto comercial de grupos afines como MGMT y Empire of Sun, provocando la disolución sentimental y artística de ambos. Tres años después, la chica de Brooklyn ataca de nuevo, ahora a dúo con Patrick Wimberly, poniendo su voz caída del cielo con una obra synth-pop perfecta. Una pieza retro a la par que moderna. Polachek despliega su tono vocal ensoñador, que está en clara deuda con Fletwood Mac y Stereolab.

“Te voy a llamar por la noche para decirte cómo me siento, voy a llevarte a las colinas en coche, voy a decirte algo que no quieres escuchar”.

Música de sintetizadores, clichés retros, una especie de años ochenta alternativos, conducción suave y nocturna… Drive es para muchos –entre los que me incluyo- la joya de la corona de 2011. Una cinematografía enfermiza que recrea de manera obsesiva un Los Angeles neo-noir con su paisaje de carteles publicitarios, luces de neón, diners, garajes y casas de empeño. Si a esto le sumamos una historia de amor que pone la piel de gallina, aderezada con toques ultraviolentos, obtenemos una película que hechizará por igual a amantes del género de acción y del cine art-house.